Movimiento contra femicidio

Movimiento contra femicidio

El caso del casi seguro asesinato de Cristina Siekavizza y el desaparecimiento de sus hijos, Roberto José y María Mercedes, ha provocado que miles de personas se den cuenta de la gravedad de todas las formas de amenaza a la mujer, que empieza con el desprecio, sigue con la violencia doméstica y puede incluir el asesinato, con el agravante adicional en Guatemala de que el 98 por ciento de los hechos criminales quedan impunes.

EDITORIAL

Muchas son las manifestaciones de una sociedad dispuesta a poner de su parte para que la violencia contra la mujer disminuya y ojalá se convierta en mínima. Desde hace unos meses se realizan marchas dominicales de hombres y mujeres, en la Avenida de las Américas, en referencia directa al caso Siekavizza. Acaba de comenzar una campaña contra este tipo de violencia, en la cual participan hombres guatemaltecos conocidos en el ambiente nacional por sus actividades profesionales.

Este fin de semana se llevará a cabo una actividad sin precedentes, que incluso ha llamado la atención de los grandes medios informativos internacionales: la ascensión al Volcán de Agua de un número calculado en 10 mil guatemaltecos que formarán un corazón humano como un llamado contra la violencia intrafamiliar. Participarán 50 entidades que apoyan la iniciativa denominada “Rompe el Ciclo”, con la asistencia de diplomáticos acreditados en el país, entre ellos la embajadora de Gran Bretaña, señora Julie Chappell.

Por aparte, se informó ayer que las señoras Jody Williams y Rigoberta Menchú, ambas ganadoras del Premio Nobel de la Paz, planean iniciar una investigación sobre las muertes de mujeres en México, Guatemala y Honduras. Por su parte, el ministro de Gobernación, Mauricio López Bonilla, anunció que será creada una fuerza de tarea para investigar asesinatos de féminas.

Es esperanzador que las autoridades escuchen este tácito llamado de la población para luchar contra el flagelo del femicidio, cuyas consecuencias alcanzan a los hijos, cuando se trata de madres. En vista del interés generalizado en el asunto, se puede sugerir la creación de planes y programas dedicados a los niños, varones y mujeres, para convencerlos de que, por un lado, no deben lastimar a las niñas, y por el otro, ellas no deben ocultar que son agredidas cuando ocurre.

El silencio debe combatirse porque es el más efectivo cómplice de los criminales. Cualquier forma de violencia contra la mujer comienza como delito, es decir un quebrantamiento de la ley, y puede llegar a crimen, hecho que, como mínimo, es un delito grave y puede llegar al asesinato, como ocurrió en cinco cientos de ocasiones el año pasado, en todo el país.

No se puede dejar de mencionar que el éxito contra el femicidio incluye que funcione el Sistema Judicial. La impunidad es el otro socio de los hombres que lastiman a las mujeres, ocasionalmente o con frecuencia. Por eso esta lucha es parte de los esfuerzos que los sectores sociales deben realizar para que sean aplastadas las lacras que nos marcan a todos.

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