martes, 21 de octubre de 2008

El Albar de Carlota



Cuento: El Albar de Carlota


Personajes

Carlota:
Protagonista de una historia que vive en su propia imaginación. Alta de cabellera rubia, simpática pero pérdida en su propio mundo. Sus ojos verdes tornasoles relucían en la demencia de su esquizofrenia, enfermedad que ni ella sabe que la tiene. Su vida inventada es perfecta pero la muerte de su mejor amiga, es lo único que no la deja vivir al máximo.

Estefan:
Esposo de Carlota, hombre trabajador y dedicado a su familia. Creado y existe únicamente en la mente de Carlota. Tiene ojos azules y pelo rubio. Hombre perfecto y sin defectos. Alto, musculoso y con un carácter envidiable.

Margara:
La mejor amiga de Carlota. Mujer de aproximadamente 25 años de edad. Morena clara, ojos color miel y una sonrisa de luna. Margara muere en la historia que Carlota crea en su mente.

Greta y Andrés:
Hijos de Carlota y Estefan. Gemelos que nacen el día del cumpleaños de Carlota. Se parecía a Estefan y Andrés se parecía a mí, con su cabellera rubia y fina

Johann:
Una vecina de su colonia.

Ambiente:

La trama de este cuento se desarrolla en la actualidad, en momentos y lugares ficticios, ya que son inventados por la protagonista.


Nos basamos en una idea propuesta por nosotras al hacer un cadáver exquisito con el cuento. Se trata de una mujer esquizofrénica que vive en su propio mundo, inventado por ella. Su día transcurre en convivir con su esposo e hijos imaginarios, a la vez que es perseguida por el recuerdo del fantasma de su mejor amiga, ficticio también. El Albar de Carlota

…”Caminando en los hermosos senderos me suelo encontrar lo imaginable… una tierra llena de árboles, donde los pajarillos cantan… mi vida de ensueño. En las vallas de la cuidad veo mi nombre: Carlota. Esa soy yo, la próxima candidata a la presidencia.
Propagandas que resaltan mi nombre en lo alto del cielo….”

Todo comenzó en el día menos esperado, me encontraba yo, con una amiga muy querida mía: Margara. Tomando un café en la maravillosa plazoleta del pueblo, donde se podían observar las maravillosas nubes en el cielo azul. A veces me perdía en los ojos azules de Estefan… el mesero del café donde Margara y yo nos deleitábamos con un café. En medio de nuestra conversación sobre los altos riesgos que produce la economía, Estefan se acercaba a menudo a dar su punto de vista… su sonrisa infinita alegraba mi corazón… Podía sentir la atracción a metros de distancia. Este día fue el mejor. La rutina cambio por completo. Estefan se acerco con una sonrisa misteriosa, con mucho respeto busco la excusa perfecta para sacar mi número telefónico. Margara reía del pequeño amor tórtolo que se respiraba en el aroma del café.

Salimos del café y Estefan se apresuro para darme un abrazo, el cual hizo latir mi corazón. En el camino a casa, trataba de explicarle a Margara que mi corazón fue con el de él que comenzó a latir. Margara no creía mis palabras, se burlaba de mi sentimiento sin embargo no podía dejar de repetir – deja de soñar…. Despierta ya al mundo…
Me volví sorda con sus palabras y continuamos maravillándonos de aquel celaje, donde Dios decidió ir a descansar, para traer con él la fascinante noche estrellada en el cielo. Llegamos a mi casa y Margara se despidió de mí con un abrazo y unas palabras de consuelo: - no despiertes de tu sueño hasta que Estefan llame a tu corazón”.
Sus palabras fueron como una melodía para mis oídos, me quede sentada en las gradas y vi como margara se perdía entre paredes blancas y susurros de niños jugando en la calle.

Años después…

Me levante como de costumbre a prepararle el desayuno a mi esposo Estefan…. Con cuidado y sin hacer ruido me dirigí al baño donde estaba mi bata. En el espejo del baño podía ver con claridad el cuerpo del hombre que robo mi corazón… Si tan solo Margara estuviera aquí, se daría cuenta que el soñar siempre sirve… pero lamentablemente ella yace en polvo y cada día voy a dejarle unas margaritas, esperando como loca que saliera a recibirlas….

Desde el espejo observo, me asombra y trastorna contemplar aquella belleza que alegra mi vida en todo sentido. Es un regalo del cielo, gritan las voces de mi cabeza extasiadas de amor por él. La vida me congela con su aliento pero mis sentimientos vivirán solo con oír su voz. Baje las escaleras con mucha prudencia para no hacer ruido y así no despertar a ese hombre maravilloso. En la cocina prepare un manjar de comida, era algo especial tenia que darle una noticia que seguramente asombraría.
Coloque candelas y prepare unos waffles con nutella, le agregue unas fresas y demás frutas exóticas que daban vida al blanco comedor. Sobre la blanca mesa, se podían ver aquellas flores rojas que significaba el amor que se vivía en esa casa blanca, donde habita mi ser en una jaula de huesos.

Estefan se levanto y se dirigió a la cocina, me dio un beso con sus suaves labios, extrañado de tanta decoración pregunto con un tono sarcástico… ¿ya vino la tarjeta de crédito? Reí por un rato y le conteste que no. Había algo importante de que hablar, seguramente nos cambiaria la vida. Con un tono de payaso preguntó - ¿De nuevo chocaste el auto, con la excusa de que compre uno nuevo? Reí de nuevo, y le dije que era mejor que se sentara en la silla blanca del comedor. Le serví la comida y un buen juego de naranja, que mis propias manos habían preparado.

Ya era la tarde, ordenando las cosas de mí esposo encontré una carta que el mismo había escrito… me mato la curiosidad y comencé a leerla... la carta decía: “jamás pensé que sentiría lo que siento, todavía tu madre te lleva a dentro y yo te llevo en el alma.” Las lágrimas comenzaron a correr sobre mis mejillas… Daba gracias a Dios de leer lo que estaba leyendo, mi esposo era un sueño y ahora seriamos tres en esta historia. Observando el paisaje de la ventana, observe como el mundo sonreía y juro que vi a Margara sentada en una estrella felicitándome por la gran noticia. Pero no se por qué de nuevo se presentan esas cuatro paredes blancas que terminan en un bostezo de luna.

Una tarde, pensando y hablando con el reflejo de mi espejo, no entendía por qué algunas veces existían voces en mi cabeza, las cuales me decían qué hacer. No comprendía nada. Notaba que mis ojos se perdían fácilmente y se dejaban seducir por la ventana del baño y sin embargo las preguntas abundaban en mí ser. El sol era inmenso, naranja, amarillo y a veces rojo… lo más raro de todo. Era que el sol acunaba mis noches y la luna calentaba el alba que se perdían en inmensas paredes blancas.

Nunca hable de esto con Estefan, lo dejaba en el secreto de las palabras que se esconden del juego de los casados. Cada noche con mi esposo eran noches de bodas y cada luna, era luna de miel. Para nosotros el amor no se pasaba de moda. Y el calendario avanzaba sin prisa.

Con el pasar de los meses, el médico nos comunicó que no seríamos tres, sino cuatro en la familia. Estefan y yo los esperábamos con mucha alegría. Greta y Andrés nacieron el día de mi cumpleaños, fueron el regalo perfecto. Nacieron sin complicaciones y toda la familia estaba feliz por el nacimiento de nuestros gemelitos. Mis ojos no podían evitar ver a esas criaturas del cielo, tan indefensos, perfectos… mis manos acariciaban lo pequeño de esos dos seres que eran todo para mi y para Estefan.

Sus ojos azules, y su pelo rubio, una belleza total. Notaba que Greta se parecía a Estefan y Andrés se parecía a mí, con su cabellera rubia y fina. Mi mundo no podía ser más perfecto, ellos eran los tesoros escondidos que la vida me permitió concebir.

Desde pequeñitos fueron muy despiertos y no lloraban mucho. Comenzaron el colegio con mucho entusiasmo y la maestra del Kinder nos contaba lo feliz que estaba de tenerlos en su clase por lo cooperativos y amistosos que eran. Estefan y yo estábamos muy orgullosos al saber que eran los más aplicados de su clase.

Gracias a nuestros ahorros, Estefan pudo comprarse aquel hermoso café en el que trabajaba. Lo remodelo y decoró maravillosamente y quedé feliz con lo que hizo. Ahora podía llegar a tomar un cafecito cuantas veces quisiera, si tan sólo tuviera a alguna buena amiga para compartirlo. Claro que tenía buenas amigas, no muchas, pero ninguna como Margara. Nunca olvidaré la bellísima expresión que Estefan tenía en su rostro el día de la inauguración de “su” café, estaba más que feliz, y su felicidad era la mía.
Por mi parte, estaba disfrutando de mi empleo, el cual me llenaba de muchas satisfacciones. Era pedagoga de un colegio cercano a nuestra casa. Me encantan los niños, y me encanta saber que puedo ayudarlos e influir cosas positivas en sus vidas. Los chicos dicen que soy su maestra favorita, sé que lo dicen en serio, pues sin querer los he oído mencionarme en sus infantiles conversaciones. Las demás maestras me aprecian mucho; en cada una he encontrado una amiga con quién compartir todo lo bueno que me sucede a diario. Muchas veces recurren a mí para pedirme consejos y soy confidente de algunas de ellas. Me siento muy bendecida por tener ese trabajo, que siento que es el ideal para una persona como yo. Por supuesto que me encantaría pasar más tiempo con esos chicos y mis compañeras de trabajo, pero mi empleo es de medio tiempo, para que pueda atender mejor a mis gemelitos cuando regresan del colegio.

Cierto día, Margara llegó a visitarme. En realidad no esperaba a nadie ese día y me sorprendió mucho su visita, pues llevábamos años sin vernos. Las dos estábamos ansiosas de ponernos al día y yo moría de ganas de contarle sobre Estefan, nuestros hijos, nuestros empleos, nuestra felicidad y de cuán perfecta sentía que era mi vida. Noté que Margara no había cambiado nada en lo absoluto, a pesar de haber pasado tantos años después de la última vez que nos vimos. Mientras compartía un té con Margara, y le contaba sobre mi vida, veía que sonreía feliz por mi relato, pero no dejaba de notar un dejo de ausencia en su mirada. Eso comenzó a extrañarme y a preocuparme un poco. Al preguntarme el porqué de la distracción de mi amiga, recordé que ella estaba muerta. Me asusté. Quise hablarle, quise pedirle que regresara a donde ahora pertenece, pero las palabras no lograban salir de mi boca, tan sólo lágrimas de pena por mi amiga. De repente mi vista se nubló y de nuevo me encontraba rodeada de aquellas blancas paredes que estaban acolchadas como nubes que volaban a mí alrededor. ¿Estaré en el cielo visitando a Margara?

En cuanto Estefan llegó a casa, le conté lo sucedido. Me pidió que no me preocupara, que todo estaba bien, que era un mal sueño mientras dormía. No podía ser, le dije que estaba perfectamente despierta cuando todo sucedió. Me pidió una vez más restarle importancia al asunto, y así lo hice.

Mi vecindario era muy bonito. Todos los vecinos se esmeraban en cuidar sus casas, especialmente sus jardines, y eso resaltaba mucho la belleza de nuestros vecindarios. Sin presumir, puedo decir que mi jardín era el más bello de todos. Estefan y los chicos me ayudaban a cuidarlo. Estaba lleno de flores de diferentes tipos, pero mis favoritos eran los rosales; los tenía en todos los colores. Las mariposas y los colibríes llegaban a visitar nuestro jardín todas las mañanas y yo los contemplaba desde la ventana de la casa.

En nuestro vecindario nos llevábamos todos bien. Les caí bien a todos los vecinos y yo sentía lo mismo por ellos. Me propusieron como presidenta del comité de vecinos, y de buena gana acepté su oferta. Para mi sorpresa, fui elegida ganadora y ahí estaban Estefan y nuestros hijos junto a mí, diciéndome cuán orgullosos se sentían de mí.

Al darme cuenta de cuanta responsabilidad me habían otorgado mis vecinos, pensé será que realmente soy quien ellos piensan, no lo creo pensé: “Ellos son mis amigos, mis vecinos, los que saben mucho de mi vida”

Pasado un tiempo….
Tengo ya seis meses de ser la presidenta del comité de vecinos, pues resulta que no soy quien mis vecinos creían, Estefan está molesto porque he cambiado mucho mi forma de ser dice que ya no soy la misma desde que asumí la presidencia, incluso para salir a tomar aquel café con Margara, al sitio donde de jóvenes nos reuníamos el que ahora era no solo de mi esposo sino mío también, Johann una de las vecinas caminaba por el café de Estafan, en eso me vio y dice haberme saludado, yo no recuerdo nada. Sin embargo recuerdo haber estado platicando muy a gusto con Margara, que tiempos aquellos.

¡MIERDA! Fue la única palabra que salio de mi boca, cuando Johann me contó que la había ignorado vilmente, jamás imagine convertirme en una persona tan ODIOSA como en la que me he convertido, y fue cuando empezaron a surgir de mi mente aquellas expresiones que nunca en mi vida había dicho como “Hijo de Puta mal parido” refiriéndome a aquel muchacho que por poco mato…

¡ ¿Por poco mato a un muchacho?!

¡No Puede ser! ¿Será que la presidencia de un comité puede cambiar tanto a las personas?

Así como comenzaron a surgir tantas expresiones que jamás había utilizado también surgieron muchas preguntas, unas sin respuesta, como tantas otras, con respuestas absurdas.

Ya un año había pasado desde que mis vecinos me eligieron como presidenta, fue allí donde comenzaron los problemas con Estefan… Como decirle que lo que el creía era una absurda manera de expresar sus sentimientos, quien se imaginaria que aquel matrimonio “perfecto” que todos decían.

Que espejos…. Uno puede aparentar lo que uno no es realmente como es eso posible nunca me imagine que esto me pasaría a mí, quien se lo imaginaria, cada vez que nos reuníamos con los vecinos ellos decían: “Como quisiera tener una relación de pareja como la de USTEDES” era lo que todos nos decían mientras yo por dentro decía: “estos mierdas, si supieran lo que realmente pasa dentro de aquella casa que había dejado de ser iluminada y había pasado a ser una penumbra, absolutamente oscuro, yo ya no quería estar allí, solo pensaba en la manera de irme y escaparme de ese mundo que por culpa de un puesto en la asociación de la colonia había creado y junto con ese mundo había creado a un monstruo me había convertido en un monstruo, incluso mis hijos. Mis propios hijos huían de mí, se estaban alejando de mí, a pesar de ser de corta edad.

Pasados los años de haber dejado la presidencia, y las cosas en mi hogar habían mejorado, me recordé de aquel día donde estaba en el café de mi esposo hablando sola con Margara, mi gran amiga del alma, y me puse a recordar que solo era una ilusión ella estaba muerta y mas nunca volvería mi vida a ser la misma sin aquella amiga a quien le contaba cada detalle de cada día de mi vida, con quien podía llorar sin parar y a la vez me hacía ver las cosas de otra manera, aquella quien soñaba que sería la madrina de mis hijos a quienes no llegara a conocer ya de grandes, a quien no le daré las quejas de Estefan cuando se emborrache o me monte los cuernos…..


¡MIERDA, QUE SOLEDAD TAN GRANDE SIENTO SIN TI MARGARA! YA NO SE QUIEN SOY, NI POR QUE TE FUISTE AMIGA DE MI ALMA, TE LLAMO Y NO CONTESTAS, TE HABLO Y NO RESPONDES ME DOY CUENTA QUE YA NI ESCUCHAR TU VOZ PUEDO ESTO ES TAN FUERTE QUE NADIE PODRA JAMAS OCUPAR EL LUGAR TAN IMPORTANTE QUE DEJASTE EN MI VIDA AMIGA, FUISTE, SOS Y SERAS MI CONFIDENTE Y MI CONSEJERA, CADA VEZ QUE PIENSE EN TI ME RECORDARE DE AQUEL CAFÉ QUE NOS TOMABAMOS EN LA QUE AHORA ES LA CAFETERIA DE AQUE MESERO DEL QUE ME ENAMORE PERDIDAMENTE Y AHORA ME HA CONVERTIDO EN SU ESPOSA, MADRE DE SUS HIJOS, AMANTE, CONFIDENTE, AMIGA, CONSEJERA. ¡¡¡¡¡Te extraño amiga!!!!!
Bonnie Fajardo 1030308
Zayda Morales 1134908
Yolanda Ortega 1143608

1 comentario:

Anónimo dijo...

Está demaciado buena, deberias continuarla....

Saluditos desde Cobán

UNA SONRISA

UNA SONRISA
UN DIA CUALQUIERA DISFRUTANDO DE MIS AMIGOS

Amigos!!!

ME ENCANTO EL MENSAJE QUE ESTA CANCION TIENE, POR QUE LO QUE DICE DE LA AMISTAD(LOS AMIGOS) ES MUY CIERTO.

Los efectos

Los efectos
Esto es uno de los efectos del wuaroo!!! despues de una larga velada celebrando una gran borrachera que termina en..... una gran resaca!!!!!